Podríamos definir la restauración dental como una especialidad de la odontología que se encarga de restaurar, de forma inmediata, las piezas dentales en mal estado con el objetivo de recuperar tanto la estética como la funcionalidad de la boca.
Una de las principales ventajas que encontramos en la restauración dental está en que nos ofrece una solución personalizada dependiendo de nuestra situación. A través de este artículo conoceremos los pasos a seguir para llevar a cabo una restauración completa. ¡No te lo pierdas!
Visita al dentista
Como no podía ser de otra manera, el procedimiento empezará con un estudio personalizado de la boca del paciente.
A través de esta primera exploración, el especialista podrá conocer el estado dental del paciente y diseñará un plan de acción acorde a las necesidades que presenta el paciente.
Fase de saneamiento
Una vez que el especialista conoce el estado del paciente es momento de llevar a cabo una serie de tratamientos enfocados a la desinfección y limpieza dental.
En este apartado podemos hablar de extracciones de piezas dentales en mal estado y sin posibilidad de recuperación o de la endodoncia, un tratamiento que se lleva a cabo en aquellas piezas que tienen el nervio dental comprometido. Estamos ante la última opción para salvar un diente, siendo un tratamiento tan recomendable como habitual en las clinicas dentales.
Otras de las opciones que podrían encajar dentro de esta fase de saneamiento es la limpieza profesional o el raspado, intervenciones que están enfocadas a mejorar el estado de las encías del paciente. En definitiva, la fase de saneamiento está dedicada a eliminar las infecciones bucales que presenta el paciente.
Fase quirúrgica
Una vez que hemos conseguido la desinfección es momento de entrar en la fase quirúrgica, es decir, una serie de intervenciones quirúrgicas que tienen como finalidad recuperar tanto la estética como la funcionalidad oral al paciente. Si bien es cierto que la intervención más común es la inserción de un implante dental, hay que destacar que existen otros tratamientos que entrarían dentro de esta categoría, como por ejemplo el injerto de hueso, un proceso quirúrgico previo al implante que se lleva a cabo en aquellos pacientes que han perdido una parte del hueso maxilar que dificultaría la inserción del implante (no olvidemos que el hueso maxilar hace la función de soporte).
Una de las dudas más habituales entre los pacientes es saber si estamos ante intervenciones complejas y dolorosas, pero la realidad es que estamos ante procesos relativamente sencillos y prácticamente indoloros dado que se aplica anestesia al local.
Fase de implantación
El último paso para terminar con la restauración bucal es colocar las prótesis que irán soportadas al implante. En la actualidad se usan diferentes materiales como la porcelana o el circonio, materiales que no solamente destacan por ofrecer un resultado estético y muy natural, sino que también son muy resistentes y duraderos.
Si bien es cierto que la opción del implante dental es la más recomendable, tanto por su estética como por su funcionalidad, hay que destacar que existen otras alternativas más económicas como, por ejemplo, las prótesis removibles.
Finalmente, no hay que olvidar que los implantes dentales requieren una serie de cuidados diarios, por lo que es importante seguir las indicaciones del especialista para mantener en buen estado nuestras nuevas piezas dentales.
En conclusión, la restauración dental se ha convertido en una de las opciones que cuentan con una mayor demanda en la actualidad, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que estamos ante una alternativa que nos devolverá nuestra sonrisa. ¿Te lo vas a perder?
Este post es meramente informativo y no reemplaza en ninguna medida una consulta con el dentista. Comunícate con el equipo de agentes de sonrisas para agendar una cita con uno de los dentistas de Smilers Clínica Dental.